viernes, 6 de junio de 2008

QUISIERA...

Quisiera escribir un verso de tal manera bello
que fuera en los jardines de mi ilusión la rosa
de un madrigal que luego lucieras amorosa
como una rosa de oro prendida en tu cabello.

A GOLPE DE ALA


Volando a solas, por el hosco cielo,
entre la recia tempestad que brama,
un instante nomás detengo el vuelo
para mirar mejor el panorama.

De pedestal me servirá la cumbre
que el necio insulta cuanto más le asombra;
¡Al hombre hiere la celeste lumbre
y por vengarse la convierte en sombra!

A golpe del ala, con mi solo orgullo
disfrutaré la tempestad violenta;
para el que ama la lucha no hay arrullo
como el ronco bramar de la tormenta.

No he de inquietarme si la envidia crece
entre la baja humanidad abyecta;
mientras más alto el águila se mece
es mas grande la sombra que proyecta.

Más seguro me siento de mis sueños
mientras más de los hombres me retiro,
que mientras más me elevo más pequeños
a los que yacen en el fondo miro.

No me importa el trueno ni la nube
aunque la mire en tempestad deshecha;
más segura está el águila que sube
a donde nunca llegará la flecha.

¡Volar desde los aires se depuran
y se siente el fulgor de lo divino
muy lejos de los cuervos que procuran
la basura que lleva el remolino!

¡Que truenen rayos y que silben flechas
mientras la cima azul mi vuelo escala
las aves fueron para el vuelo hechas
y el espacio infinito para el ala!

No he de caer como la enhiesta encina
que arranca bronco el huracán, de cuajo;
si alguna vez el rayo me fulmina
será de arriba... ¿Pero no de abajo!

Así la nube, convertida en velo,
será cortina de mi propia gloria;
atrás veré resplandecer un cielo
y cubrirá bajo mis pies la escoria.

Para el que ama el espacio no hay anhelo
como el de hacer de nubes una escala,
desafiar la borrasca, alzar el vuelo,
¡Y cruzar la tormenta a golpe de ala!...

¿PARA QUE ESCRIBO?


Leo lo que he escrito, y no me entiendo,
busco la forma y siento que perdí el fondo
el fondo de mis pensamientos es, la forma de mis palabras
debí buscar una musa y la mujer huyó de mi vida.

Leo lo que he escrito y no me entiendo,
se confunden mis ideas como cuando amanece
y el sol se oculta en el ocaso y comienza a llover
cuando las nubes están ausentes y el cielo es tan oscuro.

Leo lo que he escrito y no me entiendo,
mi mente está confusa y mi cuerpo está vacío
sufro la inconsistencia de un cielo sin gaviotas,
de un mar sin peces, de mis poesías sin letras.

Leo lo que he escrito y no me entiendo,
al final no llego a nada, es tiempo perdido
gastar tinta y papel y pensar con la mente en blanco
es como llegar a la meta sin haber tomado la salida.

jueves, 5 de junio de 2008

¿SERÁ INSPIRACIÓN?


Desde el agitado mundo de mi mente
donde al calor de mi sueño tengo la idea,
que voy a describir más claramente
toda la inspiración deliciosa
que tantas veces siento que a mi alma le rodea.

Siento que sueño y a la vez me arrullo
con el mudo cantar del pensamiento
y que aún sin darme cuenta en mi murmullo
estoy trayendo al papel mi sentimiento.

Mas que negra está la tinta con que escribo,
en contraste al papel en donde imprimo,
se parece a la noche en que me inspiro
para decirle que sufro y que te amo.

LA QUE SE FUE


En el alma yo llevo tu figura
Como en límpido espejo reflejada
Como se halla en la fuente retratada
La estrella azul que en el azul fulgura.

Y así como del lago la tersura
Por la luz sideral se ve adornada,
Con la mágica luz de tu figura
Está toda mi vida iluminada.

Huyo el fantasma de mi desventura
Como al surgir la luz de la alborada
En el amanecer de tu hermosura,

Y al milagro de amor de tu mirada
Apareció en mi alma tu figura
Como en mágico espejo reflejada.

Tu frente es una cumbre inmaculada
Y tus cabellos una selva oscura
Tus ojos, manantiales de ternura
Y tu boca una anémona encarnada.

En tu cuerpo, columna cincelada,
Tus brazos son guirnaldas de ventura,
Y es tu sonrisa la sonrisa pura
En los labios de una ángel dibujada.

Maravillosa venus reencarnada
En mi vida, océano de amargura
Te vio surgir mi alma enamorada.

Y las alas abriendo, ebria de altura
Fue a posarse en tu frente inmaculada,
Cumbre de luz, maravillosa y pura.

EN EL ALMA YO LLEVO TU FIGURA


En el alma yo llevo tu figura
como en límpido espejo reflejada
como se halla en la fuente retratada
la estrella azul que en el azul fulgura.

Y así como del lago la tersura
por la luz sideral se ve adornada,
con la mágica luz de tu figura
está toda mi vida iluminada.

Huyo el fantasma de mi desventura
como al surgir la luz de la alborada
en el amanecer de tu hermosura,

Y al milagro de amor de tu mirada
apareció en mi alma tu figura
como en mágico espejo reflejada.

Tu frente es una cumbre inmaculada
y tus cabellos una selva oscura
tus ojos, manantiales de ternura
y tu boca una anémona encarnada.

En tu cuerpo, columna cincelada,
tus brazos son guirnaldas de ventura,
y es tu sonrisa la sonrisa pura
en los labios de una ángel dibujada.

Maravillosa venus reencarnada
en mi vida, océano de amargura
te vio surgir mi alma enamorada.

Y las alas abriendo, ebria de altura
fue a posarse en tu frente inmaculada,
cumbre de luz, maravillosa y pura.

LA VIDA ESTA EN LAS ALTURAS


No es aquí, en tierra, no donde escondida
se halla la dicha que tu vida espera
ver florecer en cada primavera
ni esto que llamas vida, es la vida.

Esta felicidad apetecida
que iras buscando en vano por doquiera
mientras la voluntad lleves con cera
a tus débiles hombros adherida.

Sólo serás feliz cuando deslumbre
tu vista la apoteosis de la cumbre,
cuando desnuda fe, ficticias galas

libre de la materia remontes
en busca de infinitos horizontes
tendiendo al cielo, tus divinas alas...

RETORNO


Cuando en la noche, a solas, el pensamiento vuela,
salvando los abismos del tiempo y la distancia,
atraviesa el recuerdo las sombras de la estancia
y en silencio me envuelve como mágica estela.

Mis padres, mis hermanos, un jardín, una escuela,
nombres inolvidables que tienen la fragancia
de los amaneceres alegres de la infancia,
Gómez y Ciudad Lerdo. Mapimí y Ojuela.

Me sonríe la dulce, la cariñosa tía,
y entonces yo me digo: “He de volver un día...
tal vez allá mi infancia duerme como encantada...”

Pero me sobrecoge la angustia y el abismo,
y me veo en Ojuela, fantasma de mi mismo,
recorriendo entre sombras la casa abandonada...

CUANDO LA VIDA FLORECE


No aprisiones la mariposa
que libre vuela en el jardín,
ni la corriente rumorosa
detengas antes de su fin.

Si al cristal de clara fuente
llegas sediento de ideal,
bebe el agua transparente
pero no enturbies el cristal.

Si porque fuiste muy de prisa
envejeció tu corazón,
deja en el joven la sonrisa
y la plegaria y la canción.

Respeta todo cuanto crece,
capullo, infancia, amanecer,
porque es la vida que florece
¡Y hay que dejarla florecer!........

AL VOLAR, CIERRA LOS OJOS


No mires el horizonte recorrido
ni avizores tampoco en lontananza,
que la sombra que huye o la que avanza
no te darán el bien apetecido.

En lo que aun no es, o en lo que haya sido
nada hallarás, porque tu afán no alcanza
ni la estrella que enciende la esperanza
ni la que está en el pozo del olvido.

Sólo es tuyo el instante del presente,
el minuto fugaz en que se siente
el misterio inefable de la vida,

pero para sentirla palpitando
hay que cerrar los ojos como cuando
se nos entrega la mujer querida........

miércoles, 4 de junio de 2008

LA DANZA DE LOS SIETE VELOS


( SIETE POEMAS EN PROSA RÍTMICA COMPUESTA POR SIETE CANTOS)


PRIMER CANTO


El sultán está en su trono, en su trono de diamantes que si viera el altivo Sha de Irán. La sala de mosaicos desfallece bajo el velo de una luz crepuscular que deslíe los contornos de las cosas embrujadas en el mágico letargo de la voluptuosidad.

Las mujeres tocan arpas, liras y cítaras y a compás tejen sus dedos una trémula cadencia gemidora y pasional, mientras rítmicos y lentos van los crótalos marcando los vaivenes voluptuosos de la música oriental.

Las huríes se aletargan en los blandos almohadones, con los senos palpitantes, los cabellos destrenzados, los labios entreabiertos y los párpados cerrados.

Del broncíneo pebetero las volutas ondulantes se retuercen como cuerpos entregados al placer.

Mas de pronto, desde el fondo penumbroso de la sala, surge lenta, como ala que se entrega toda al viento, una pálida doncella. Se diría visión mágica de un cuento. Lleva en alto los dos brazos de contornos admirables, hacia arriba las dos manos largas y ondulando su cadera, va avanzando, va avanzando hacia el trono del sultán. Se diría que sus plantas no se posan en la tersa desnudez de los mosaicos, se diría que es de un sueño la visión alada y leve. Va entre velos toda envuelta, gira lenta, gira lenta, lentamente y al girar, sólo un velo se desprende, sólo un velo que en el viento flota igual que la mágica voluta que del rico pebetero va subiendo en espiral.

Con los ojos entornados la contempla el gran sultán . . .

SEGUNDO CANTO


Al son de los crótalos brotan los claros cristales de los surtidores que cantan amores triviales.

Son los pebeteros, aleros de aromas, palomas de nieve que en breve parvada se tienden y ascienden en nube que sube con galas de alas de eterno querube.

La nota que brota remota gaviota que azota violento huracán, rebota cual gota caída en remota fuente de cristal.

La silueta fina de la danzarina que es una divina visión celestial, se yergue y empina, avanza y camina, surge y culmina. Es entre los velos como alabastrina venus matutina que de la neblina se alza de los cielos surgiendo del mar, entre espuma y bruma que abruma de ansias y sensualidad, cuando la recata su gasa de plata que de reposo mata y desbarata la perversidad. Diríase un vuelo cuando con donaire se desata otro velo que flota en el aire como una gaviota que azota violento huracán.

La nota que brota rebota cual gota caída en remota fuente de cristal.

Con los ojos entornados la contempla el gran sultán . . .

CANTO TERCERO


Hay en el minuto un algo letal que aletarga en una mistificación un embrujamiento en que el pensamiento en los ojos brilla como pesadilla de fascinación.

El encantamiento de la danza ondula y la que toca la lira suspira y la danzarina, se alarga, se estira, se envuelve, revuelve y gira como torbellino del humo de pira.

Flota el tercer velo en macabro vuelo. Se piensa en la vida que vaga perdida por los arenales sin fin del dolor. Los ojos entornados se abren un poco y de los labios resecos del sultán se escapa un hondo suspiro, despierta un poco el deseo y aquel tercer velo es el aleteo de un blanco albatros .

CANTO CUARTO


Es la danzarina palmera que extiende sus ramas en cruz y sobre sus brazos es el cuarto velo, un velo tupido de lluvia tendido de luz.

Las notas son gotas cuya melodía cae en los estanques mágicos del ritmo, el alma se baña en una frescura plena de poesía. Todo es como una lluvia clara y fina y hay en el ambiente perfume de flores silvestres que moja el rocío. Es la hora una lluvia de minutos, llueven melodías las trémulas cítaras y es el cuarto velo de la danzarina, lluvia luminosa como suspendida sobre el irisado cielo milagroso de la fantasía.

Los ojos del sultán parpadean ya de emoción, pues él sabe que solo quedan tres velos sobre la danzarina que cruza el humo del rico pebetero . . .

martes, 3 de junio de 2008

CANTO QUINTO


Luz azul de zafiro y turquesa, verde luz misteriosa de jade, luz violeta de clara amatista, luz de místico ópalo mágico, luz de claras pupilas del cielo, luz de alga, de musgo y de mar.

Luz de triste crepúsculo pálido que en las livianas tardes de invierno, en la tersa luz de los lagos va cayendo cual fúnebre manto.

Luz de fuego hechizado que danza al compás de macabro aquelarre, luz que tiene destellos siniestros de maligna pupila de gato, luz de azufre diabólico que arde con fulgores cárdenos rayos, luz de eléctricas llamas que saltan en las puntas de mástiles náufragos, luz en que arden las ansias secretas de las almas en pena que salen con llamas de los fuegos fatuos, luz de errantes espectros que vagan por las noches de cierzo invernal.

Es la luz fatal que fosforesce en los ojos de la danzarina cuya aguda mirada se clava magnética y fría, en la pálida faz del sultán, mientras cae de su cuerpo el quinto velo, como cae la neblina en el lago en las lívidas tardes de invierno, cual fúnebre manto . . .

CANTO SEXTO


La blanca figura de la danzarina diríase un astro, su cuerpo fulgura con suave fulgor, columna perfecta de terso alabastro alzada al amor. Flota el sexto velo como una guirnalda de líricos lirios y sobre la espalda resbala lo mismo que el ala de seda del cisne de Leda, como una caricia que enciende delirios y prende martirios que se hunden agudos como en el silencio se hunden los suspiros de los labios mudos.

Como una Pandora, la hora, de las melodías abre lentamente su cofre sonoro, las cítaras clavan tachuelas de oro y hundiendo las manos en las pedrerías exhibe el ensueño su rico tesoro.

Como eco de rotos cristales vibra en el oído el suave gemido del arpa que llora sensual y su nota deja trémula queja como una cabeza sobre la bandeja de los atabales . . .

CANTO SEPTIMO


Con un rumor creciente de oleaje que se encrespa, de aludes despeñados en la barranca horrenda, de truenos de tormenta que sobre el cielo ruedan con el rugiente estrépito de mil carros de guerra, un crepitar de llamas y un borbotar de lavas vaciadas entre un rojo resoplar de pavesas . . . en una catarata de armonías, la orquesta se precipita en brava corriente de redobles que rugen a un tiempo el pavor de la selva y el descanso del desierto y con mayor vehemencia las pasiones despiertas en la intrincada selva del corazón ardiente.

En una loca danza la mujer palpita y se retuerce, se mueve en raudos giros, se estira, se estremece y luego decidida, se arranca el postrer velo. Es como una infinita vibración toda ella, tiemblan como capullos sus ardientes senos, sus labios entreabiertos, su lengua se vuelve bífida, su lánguida mirada desfallece de ensueños, sus párpados cual pétalos transparentes se cierran y es el instante entonces un estremecimiento en que en una caricia de infinita belleza, en aquel cuerpo trémulo besado de misterio, se entrelazan el Amor y la Muerte.

Entre las espirales opacas del incienso, mira el sultán alzarse las figuras guerreras, el humo del incendio, las bárbaras legiones en loca cabalgata vencedora del viento, cruzando las caldeadas planicies del desierto.

Son las trompetas roncos alaridos de guerra, tropeles desbocados fingen los atabales y es el séptimo velo victoriosa bandera que flota inmensamente, mientras de aquella diosa, es el cuerpo desnudo una maravillosa estatua que se yergue esculpida con rimas en soberbias estrofas sobre la cumbre de una magnifica epopeya . . .

lunes, 2 de junio de 2008

CALLA GITANA


¡Calla gitana,
a mi no me importa el mañana!
Me gustan tus ojos,
Tu pañuelo de seda,
Tus vestidos azules y rojos.

Por verte a mi lado te daré otra moneda,
Se que eres avara
Pero quiero mirarte tranquila,
¡quiero ver tu cara, sibila!

Tu voz es muy tierna
Pero no hables hermosa
Yo se que la pena es eterna
Y la dicha fugaz mariposa.
¡Calla gitana,
a mi no me importa el mañana!

¡Que hermosos claveles!
Como tú, es la vida,
Se adorna de flores y cascabeles,
Mas ¡quien sabe que suerte nos traiga
Escondida!

Tu quieres decirme la buenaventura,
¡que mejor ventura que ignorarlo todo
si de cualquier modo
vamos al omega de la sepultura!

No quiero, gitana, conocer lo incierto,
Tengo demasiado
Con llevar a cuestas todo mi pasado
¿No sabes, acaso, lo que pesa un muerto?


Déjame la dicha de esta mi ignorancia,
De eta mi locura de ver a distancia
Los mil espejismos que hay en mi desierto
No me digas la buenaventura
Que mis ilusiones, como las estrellas,
Se miran más bellas
Si es la noche oscura.

¡No me digas gitana la buenaventura!
Déjame el consuelo
De creer que mi amada me ama
¡no apagues la llama!
¡no rasgues el velo!
¡no me digas gitana, la buenaventura!

Tu tampoco sabes lo que es la ventura,
¡pobre hermana mía!
Lo dicen tus ojos de melancolía
Tus labios que saben también de amargura.
¡pobre hermana mía!

Dame tu pandero
Y juntos cantemos la triste canción
Del buhonero.
¡Gitana, gitana
no sé por qué siento que tu eres mi hermana!

CANTAME CANCIONERA


Cancionera que brindas en tus canciones
como una flor abierta tu juventud,
eres, cantando penas, toda emociones,
y eres, cantando amores, toda inquietud.

En ti la aventurera musa gitana,
la musa pecadora quiso nacer
con tu cara morena de mexicana
para hallar en tu cuerpo todo el placer.

Una raza que canta y que llora
en tu acento se juntan de tal manera
que eres, gimiendo celos la cantaora
y llorando infortunios, la cancionera.

Así llora mi raza sus desventuras,
sus penas infinitas y sus ternezas,
pasiones en que matan las amarguras
y amores que gimen hondas tristezas.

Tu voz con suavidades de terciopelo
aduna en su cadencia sentimental
el alma quejumbrosa del desconsuelo
el alma milonguera del arrabal.

Dame pues tus canciones, letal morfina
que embruja en hechizante fascinación,
mientras llora el recuerdo con sordina
por las falsas de la ilusión.

Canta que cuando cantas mi desventura
parece que se queja tu canción
canta, que cuando cantas se me figura
que tiembla entre tus labios mi corazón.

LA QUINCENA


Al fin has de llegar amada mía
Entre mis manos te tendré por un momento,
Para después sentir el cruel tormento
De que te esfumes en ese mismo día.

Partirás prodigando tus favores
A esa gente, que muerta ver quisiera,
Al tendero, al abonero, a la casera
A todos mis feroces acreedores.

Dos veces al mes con tu llegada
Se satura de luz mi firmamento,
Y cuando tardas en venir yo siento
Que la vida sin ti, no vale nada.

Por catorce días espero tu regreso
Con ansia loca y afán desesperado,
Y al llegar nada más te doy un beso
Pues vienes a mi, para alejarte de mi lado.

Yo quisiera que fueras más gordita
Que tu no tuvieras tantos pretendientes,
Que no te torturaran tantos clientes
Para poderte yo, gozarte completita.

CUANDO LA VIDA FLORECE


No aprisiones la mariposa
que libre vuela en el jardín,
ni la corriente rumorosa
detengas antes de su fin.

Si al cristal de clara fuente
llegas sediento de ideal,
bebe el agua transparente
pero no enturbies el cristal.

Si porque fuiste muy de prisa
envejeció tu corazón,
deja en el joven la sonrisa
y la plegaria y la canción.

Respeta todo cuanto crece,
capullo, infancia, amanecer,
porque es la vida que florece
¡Y hay que dejarla florecer!........

EVOCACION


Como una estela blanca pasas ligera,
Y al pasar por mi senda gris y marchita,
Es mi esperanza rosa que resucita
Como si la besara la primavera.

Te miro y al mirarte, quién lo dijera
Mi juventud de nuevo vive y palpita
¡Diríase que esta noche tengo una cita,
una cita de amores con la quimera!

Todos aquellos sueños que el alma evoca
Los llevas en los ojos, ríen en tu boca
Y le hablan a mi vida con voz lejana

¡Quien tuviera veinte años y el alma fresca
para llevarte un gallo y toda la orquesta
y recitarte mis versos en la ventana!

NUESTRAS VIDAS


Vaciando al precipicio su torrente
se lanza la violenta catarata
y su furia impetuosa desbarata
contra las rocas vivas, imponente.

Baja el arroyo azul por la pendiente
y sus aguas, zafiros entre plata
son espejo movible que retrata
la clara luz del cielo transparente.

Catarata y arroyo cristalino
se encuentran al correr de su camino
y de sus dos corrientes hacen una

¿Quién podrá separarlas adelante?
juntas van en su seno de diamante
las almas del abismo y de la luna.

Fue mi vida corriente turbulenta
que pretendió arrancar en lucha extraña
su secreto al abismo y la montaña.
en reto con la cumbre y la tormenta.

Tu vida sólo a la belleza atenta,
como arroyuelo que los baños baña,
fue la corriente que jamás se empaña
y donde el sol sus rayos aposenta.

Mi existencia que corre sin descanso
se cruzó con el límpido remanso
de la tuya que es plácido arroyuelo

Y hoy una vida son que a un tiempo mismo
tiene las inquietudes de mi abismo
y las diafanidades de tu cielo.

domingo, 1 de junio de 2008

EL RUMBO CORRECTO


Al iniciar mi vuelo
la estrella de la tarde,
es una clara llamada
para las alas de mi nave.

Ojalá que una suave brisa
sin grandes nubes ni fuertes vientos,
hagan que vaya yo elevándome
del inmundo suelo que me asfixia.

El crepúsculo se ha iniciado
y después de eso ¡La oscuridad!
un tenue reflejo en mi cabina
me indica que voy en la ruta trazada.

De mi tiempo y mi espacio
el aire me llevará muy lejos,
esperando ver de nuevo cara a cara
a éste Dios que me lleva por el rumbo correcto.

NO LLORES MADRE


Dejo el hogar, para iniciar mis vuelos
para librar todo tipo de batallas,
trataré de mejorar el mundo
mi mundo personal, mi entorno profesional.

Parto volando ¡Me voy!
desplegaré mis alas para remontar la cumbre,
sin importar tempestades, tormentas o viento calma
me han crecido las alas y quiero volar.

Me voy, por favor no llores Madre
por las tardes pasaré a verte
te traeré noticias frescas de lo vivido
las inquietudes de los seres y las cosas.

Espero encontrarme a mi mismo, mi alma
de hoy en adelante será una alma viajera,
idea aventurera del amanecer o del ocaso
sueños de luna o fantasías de sol.

Se que se va tu hijo Madre
y tu voz con suavidades de terciopelo
elevarán una oración al cielo por el regreso
del ave que deja el nido.

Quiero ver, oír, tocar Madre
aunque hay peligros, también hay miedos
yo reiré mis sonrisas y enjugaré mis lágrimas
me voy para encontrarme con mi mundo, con mis sueños.

MADRE


Al principio la blanca margarita
que al corazón inquieto
en la primera cita
revela a los amantes el secreto
de la eterna canción,
de la canción de todos conocida
pero que siempre es nueva al corazón
por ser la canción santa de la vida.

-“Si . . .” dice el labio trémulo y al punto
de todas las partes brota
la misma alegre nota
que cantan en conjunto
las almas y las cosas,
y es el amor una
maravillosa floración de rosas.

Noches de luna
ilusión, quimera,
y en la existencia una
fragante sensación de primavera.

Arrullos de paloma
una eclosión de azahares
el amor vuelto aroma
y por fin, el milagro de la vida
surgiendo en el cantar de los cantares
la dicha presentida
la que no se compara con ninguna
¡Toda la primavera confundida
en la canción de cuna!

Se abre en rosa el capullo,
y se convierte en madre la doncella,
el beso se transforma en un arrullo
y se enciende, en los cielos, una estrella.

He aquí la madre, la mujer, la amante
flor delicada y bella
contémplenla de hinojos, porque es ella
la que de un pesebre hace un santuario
la que al milagro de su amor profundo
de pie, junto a un calvario
le dio una vez, un Redentor al mundo...

AMAR LA BELLEZA


No hay dulzura más honda que la augusta tristeza
de vivir solamente para amar la belleza,
ofreciéndole toda la claridad viviente
de nuestra alma encendida por una sed fulgente,
y arrojando a sus pies, cual una rosa viva,
todo el frescor de nuestra juventud pensativa.

Estimados lectores, somos el afán
de despreciar las dichas opacas que nos dan
y de ascender cantando por la senda espinosa
donde aun queda de Cristo la sangre luminosa.

¿Qué importa que se rasguen nuestras arterias?
dueños somos de todo el oro y zafir de los sueños
y a los vanos placeres que hubiéramos logrado
preferimos el dulce miraje irrealizado,
y no estamos alegres sin la augusta tristeza
de vivir solamente para amar la belleza...

CUANDO VUELES, PUEDES CERRAR LOS OJOS


Cuando vueles no mires el camino recorrido
ni avizores tampoco en lontananza
que la sombra que huye, o la que avanza
no te darán el bien apetecido.

En lo que aun no es, o en lo que ha sido
nada hallarás, porque tu afán no alcanza
ni la estrella que enciende la esperanza
ni la que está en el pozo del olvido.

Sólo es tuyo el instante del presente,
el minuto fugaz en que se siente
el misterio inefable de la vida,

Pero para sentirla palpitando
hay que cerrar los ojos como cuando
se nos entrega la mujer querida......

LA ILUSION DEL PILOTO


Humana y celestial inspiración
tu belleza el espíritu regala;
me sube al cielo de tu voz el ala,
me abisma tu hermosura en la pasión.

Eres a un tiempo alma y corazón,
del ave el trino y a la vez la gala,
sube tu voz más alto que la escala
y excede tu belleza a la ilusión.

Flor que brindas a la par aroma y gracia,
tu voz y tu gentil aristocracia
esencia son de tu alma y de tu ser

eres excelso ideal que me extasía,
mujer que toma forma de armonía,
o armonía que la toma de mujer.......