miércoles, 30 de septiembre de 2015

MI PADRE Y SU HUERTO



Viviste siempre con tu solitario huerto
cultivar esa tierra fue tu sino,
y en la humildad de tu gusto campesino,
cual navegante, encontraste un puerto.

Es mi lamento, de humildad cubierto
con la luz del crepúsculo ambarino
porque padre, labrar fue tu destino
la tierra, como ermita en el desierto.

Tu imagen paternal transfigurada
sobre la fronda de tu huerto asoma
eternamente, su destino consagrada.

Es tu recuerdo en la tierra, idioma
y en el surco tu huella inmaculada
es la simiente que el rocío aroma.

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