lunes, 25 de abril de 2016

OLVIDAR ES MORIR



No es tu final como una copa vana
que hay que apurar.

Arroja el casco, y muere.

Por eso lentamente levantas en tu mano
un brillo o su mención, y arden tus dedos,
como una nieve súbita.

Está y no estuvo, pero estuvo y calla.


El frío quema y en tus ojos nace
su memoria.

Recordar es obsceno,
peor: es triste. Olvidar es morir.


Con dignidad murió. Su sombra cruza.

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