martes, 24 de noviembre de 2015

EL GALLO



Fulgor helíaco en su pecho en alto
sangre de soles en su cresta roja
que en la arcada joroba se deshoja
al desgranar sus voces de contralto.

Y se extiende cual arco iris en lo alto
su cola, ante el rocío que la moja
en la vieja fontana que se antoja
reverbero de lunas de cobalto.

Al irradiar la voz de su garganta
con metálico aleteo que resuena
el gallo inquieto su esbeltez levanta.

Mientras la luz las sombras encadena
el somnoliento gallo al alba canta
y el sol desgrana su salvaje vena.

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