domingo, 7 de septiembre de 2014

TU CARTA



A mis manos impuras ha llegado
tu carta con la escencia de las rosas;
yo quisiera decirte tantas cosas
pero el llanto mis ojos ha cerrado.

En tropel a mi mente han aflorado
los recuerdos de las tardes majestuosas
de mañanas sútiles y lluviosas
de Lerdo, que lejos han quedado.

Te veo en los jardines de la Loma
entre las ondas plácidas del río,
donde pálida faz, de lirio asoma.

Te añoro leyendo a Nervo y a Darío,
donde el bello jazmín la tarde aroma
no se ya, cuándo lloro o cuando río.

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