Es el loco devaneo de un loco
deseo, el delirio propio de la adormidera, la visión del opio que el ambiente
abruma, y el cuerpo desnudo de la bayadera, es un pebetero que el aire perfuma;
es como un sahumerio donde viva brasa sus carnes abraza. Su mirar felino de
tigresa o puma es como tigre de bengala que rugiendo, brinca y sus garras hinca
sobre la cadera de la que resbala con temblores de ala la caricia loca que
luego se prende sedienta en la boca roja que provoca con hondos suspiros. En
rápidos giros los muslos avanza y el vientre disloca, y el deseo entonces clava
como lanza sus ansias felinas, y como pantera hircana se lanza a besar las
carnes divinas de la bayadera, que trémula danza… danza… danza y al danzar
ondula su firme cadera, mientras el deseo –Mujer y Pantera- ulula…
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