¡Calla gitana,
a mi no me importa el mañana!
Me gustan tus ojos,
Tu pañuelo de seda,
Tus vestidos azules y rojos.
Por verte a mi lado te daré otra moneda,
Se que eres avara
Pero quiero mirarte tranquila,
¡quiero ver tu cara, sibila!
Tu voz es muy tierna
Pero no hables hermosa
Yo se que la pena es eterna
Y la dicha fugaz mariposa.
¡Calla gitana,
a mi no me importa el mañana!
¡Que hermosos claveles!
Como tú, es la vida,
Se adorna de flores y cascabeles,
Mas ¡quien sabe que suerte nos traiga
Escondida!
Tu quieres decirme la buenaventura,
¡que mejor ventura que ignorarlo todo
si de cualquier modo
vamos al omega de la sepultura!
No quiero, gitana, conocer lo incierto,
Tengo demasiado
Con llevar a cuestas todo mi pasado
¿No sabes, acaso, lo que pesa un muerto?
Déjame la dicha de esta mi ignorancia,
De eta mi locura de ver a distancia
Los mil espejismos que hay en mi desierto
No me digas la buenaventura
Que mis ilusiones, como las estrellas,
Se miran más bellas
Si es la noche oscura.
¡No me digas gitana la buenaventura!
Déjame el consuelo
De creer que mi amada me ama
¡no apagues la llama!
¡no rasgues el velo!
¡no me digas gitana, la buenaventura!
Tu tampoco sabes lo que es la ventura,
¡pobre hermana mía!
Lo dicen tus ojos de melancolía
Tus labios que saben también de amargura.
¡pobre hermana mía!
Dame tu pandero
Y juntos cantemos la triste canción
Del buhonero.
¡Gitana, gitana
no sé por qué siento que tu eres mi hermana!
a mi no me importa el mañana!
Me gustan tus ojos,
Tu pañuelo de seda,
Tus vestidos azules y rojos.
Por verte a mi lado te daré otra moneda,
Se que eres avara
Pero quiero mirarte tranquila,
¡quiero ver tu cara, sibila!
Tu voz es muy tierna
Pero no hables hermosa
Yo se que la pena es eterna
Y la dicha fugaz mariposa.
¡Calla gitana,
a mi no me importa el mañana!
¡Que hermosos claveles!
Como tú, es la vida,
Se adorna de flores y cascabeles,
Mas ¡quien sabe que suerte nos traiga
Escondida!
Tu quieres decirme la buenaventura,
¡que mejor ventura que ignorarlo todo
si de cualquier modo
vamos al omega de la sepultura!
No quiero, gitana, conocer lo incierto,
Tengo demasiado
Con llevar a cuestas todo mi pasado
¿No sabes, acaso, lo que pesa un muerto?
Déjame la dicha de esta mi ignorancia,
De eta mi locura de ver a distancia
Los mil espejismos que hay en mi desierto
No me digas la buenaventura
Que mis ilusiones, como las estrellas,
Se miran más bellas
Si es la noche oscura.
¡No me digas gitana la buenaventura!
Déjame el consuelo
De creer que mi amada me ama
¡no apagues la llama!
¡no rasgues el velo!
¡no me digas gitana, la buenaventura!
Tu tampoco sabes lo que es la ventura,
¡pobre hermana mía!
Lo dicen tus ojos de melancolía
Tus labios que saben también de amargura.
¡pobre hermana mía!
Dame tu pandero
Y juntos cantemos la triste canción
Del buhonero.
¡Gitana, gitana
no sé por qué siento que tu eres mi hermana!
1 comentario:
Creo que es una gitana que se osbtina en cantar la tuya.
Excelente poema.
ES un gusto visitarte, Francisco.
Un abrazo.
Alicia
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