sábado, 31 de mayo de 2008

LOS CUENTOS DE MI ABUELO


Es mi abuelo un apuesto caballero
que luce con orgullo setenta abriles,
decidor, berrinchudo y embustero
en medio de sus gracias ya seniles.

Una noche, a las diez como otras ciento
acostase en mi cama mi abuelo,
y después de toser con tanto duelo
le dije con amor, cuéntame un cuento.

Acojo la ocasión y me hizo una historia
no muy cierta, en verdad pero oportuna,
y aguzando un poquito mi memoria
de las fábulas que sé, me contó una.

Me dijo de una avecilla que en un día
desobediente al paternal mandato,
se salió del nido en que vivía
y en dos por tres, que se la come un gato.

Para concluir me dijo que prudente
su voz y su consejo fiel oyera,
para que a mí jamás me sucediera
lo que al pájaro aquel, desobediente.

Tras un suspiro tierno y prolongado
que le hizo suponerme conmovido,
le dije falsamente apresurado
¿Porqué se habrá ausentado de su nido?

Y después agregó, ¿Te cuento otro cuento?
¿Quieres que te lo cuente? Y obtenida
la venia necesaria en el momento
me relató la historia prometida.

Era un pichón me dijo, que un día
obediente a mamá se quedó en casa,
porque el pichón aquel, ya se sabía
lo que al desobediente siempre le pasa.

Mas tienes tu que allá en el cajoncito
un gatote se metió de repente
almorzándose al pobre pichoncito
por tonto, por chambón, por obediente.

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