sábado, 22 de noviembre de 2014
EL CANTO DE LAS AVES
Con el tiempo las horas se agigantan
y en el bosque de sombras ya desnudo
voy escuchando estupefacto y mudo,
la voza silvestre que en las frondas cantan.
Parvadas sobre el bosque se levantan
y en su sombra fugaz, mi sombra escudo
mientras las veo silencioso, mudo
como la tarde, que al nido se adelantan.
A los cielos, el vuelo que se tiende
bajo el ardiente sol del medio día
al horizonte cual saeta hiende.
Sin las aves al bosque faltaría
la musical belleza que se extiende
en la desnuda claridad del día.
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