lunes, 6 de julio de 2015
LA ROSA
Mientras la rosa en vívidos colores
muestra su rostro con suavidad de seda,
el ave canta su balada queda
acallando mis tímidos temores.
Tus espinas son dardos punzadores
que la luna, argéntica moneda,
en la noche silente donde rueda
unge de amor con pálidos fulgores.
¿Que te diera, si al sueño que yo sueño
le dieras rosa, tu fragante esencia?
pero es sutil, sutil como el ensueño,
y cual aguas de azul fosforecencia
de mi horizonte en júbilo sedeño
límpida ve la luz, de mi conciencia.
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