Te escucho y me reconozco como tu enemigo
en este cuerpo de fantoche que siempre salta
que no es otra enfermedad la que te mata,
que la desesperanza y la falta de abrigo.
Y si hasta hoy has vencido
es porque siempre tienes fe
y veo que por eso has venido
por esa sola cosa que quieres que te de.
Piensas llegar a comprenderlo todo,
y ganas, pero haciendo muchas trampas
y yo como siempre, haciéndome el sordo
con falsos números y muchas ganas.
Para ver después tu sombra
y decir que es real, y siempre es mucho
lo que siempre me asombra
y me callo, pero como siempre, te escucho.
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