En la intrincada senda de la vida
he conocido penas y alegrías
flores, amores, perfumes y fantasías
que armonizan la hora preferida.
Tambié conozco del pesar la herida
y la cata sonrisa de los días,
de las noches misterios y ambrosías
y del fuego la lumbre consumida.
He conocido la amistad hermana
el trabajo dinámico y perfecto
y también la verdad que es soberana;
Pero al hombre, del mundo, el arquitecto
no he podido encontrarlo por la mañana
dándose en luz, como el volcán erecto.
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