El mar traía un eco
lleno de palabras
que el soplido del viento traducía.
lleno de palabras
que el soplido del viento traducía.
Decía
ser de Cantabria, de Venecia
y del Medio Oriente.
Traía música de violines.
Traía joyas del Oriente.
El
eco lo pregonaba el mar abierto.
Tú eras el eco
que cabalgaba entre las crispadas olas.
Traías
un sabor salobre
que consumían mis besos.
¡Mar salvaje!, ¡bello mar!
Que robaste mi pecho,
dejándome exhausto.
dejándome exhausto.
Salvaje, amor, salobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario