A tratar de un gravísimo negocio
se juntaron los zánganos un día.
se juntaron los zánganos un día.
Cada cual varios medios discurrían
para disimular su inútil ocio;
y, por librarse de tan fea nota
a vista de los otros animales,
aun el más perezoso y más idiota
quería, bien o mal, hacer panales.
para disimular su inútil ocio;
y, por librarse de tan fea nota
a vista de los otros animales,
aun el más perezoso y más idiota
quería, bien o mal, hacer panales.
Mas como el trabajar les era duro,
y el enjambre inexperto
no estaba muy seguro
de rematar la empresa con acierto,
intentaron salir de aquel apuro
con acudir a una colmena vieja,
y sacar el cadáver de una abeja
muy hábil en su tiempo y laboriosa;
hacerla, con la pompa más honrosa,
unas grandes exequias funerales,
y susurrar elogios inmortales
de lo ingeniosa que era
en labrar dulce miel y blanda cera.
y el enjambre inexperto
no estaba muy seguro
de rematar la empresa con acierto,
intentaron salir de aquel apuro
con acudir a una colmena vieja,
y sacar el cadáver de una abeja
muy hábil en su tiempo y laboriosa;
hacerla, con la pompa más honrosa,
unas grandes exequias funerales,
y susurrar elogios inmortales
de lo ingeniosa que era
en labrar dulce miel y blanda cera.
Con esto se alababan tan ufanos,
que una abeja les dijo por despique:
«¿No trabajáis más que eso? Pues, hermanos,
jamás equivaldrá vuestro zumbido
a una gota de miel que yo fabrique».
que una abeja les dijo por despique:
«¿No trabajáis más que eso? Pues, hermanos,
jamás equivaldrá vuestro zumbido
a una gota de miel que yo fabrique».