domingo, 29 de diciembre de 2013

EN EL BOLSÓN DE MAPIMÍ




La llanura erizada de maleza
es un gesto hiperbólico y ceñudo
en el confín de tedio y de tristeza.

Se aletarga la tarde, y la pereza
tiende su cuerpo lánguido y desnudo,
y es el recuerdo como asceta mudo
que en silencio, sin palabras, reza.

Resonga el tren que arrastra la fatiga
del tiempo como un monstruo que fustiga
el tropel de las horas en que viaja;

el silbato es un grito de congoja
y el sol en el ocaso es llama roja
de un rayo que ilumina una mortaja...

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